Cuando hablamos de estos dos conceptos confundimos la “simpleza” (entre comillas porque no es tan simple) de un esmaltado semipermanente con un servicio de manicura rusa, nivelación estructuras…
En un esmaltado semipermanente preparamos la uña, empujamos cutícula, limamos y esmaltamos. En apariencia parece sencillo, pero muchos son realizados por personas sin formación que, no esterilizan sus utensilios, ni utilizan guantes, sobreliman la placa de la uña y sus laterales y esmaltan sobre cutícula pudiendo crear así posibles reacciones alérgicas.
El esmaltado semipermanente se puede realizar en 30’ y si se hace bien puede durar entre 2-3 semanas.
En cambio una manicura es aquella en la que trabajamos la cutícula (únicamente con torno o combinando el torno con tijeras y/o alicates) y las uñas (nivelación) a mimo.
La limpieza de la cutícula nos permite esmaltar bajo cutícula, lo que nos proporciona una mayor duración y una cutícula sana sin grietas, durezas o padrastros.
La nivelación nos permite dar el aspecto perfecto a la placa de nuestra uña, ya que la mayoría sufrimos imperfecciones como la fragilidad, descamación, son planas cóncavas o convexas…
Además nos permite corregir la estructura protegiéndola de posibles roturas, descamaciones…
En este servicio el esmaltado nos puede aguantar entre 4-5 semanas y se puede realizar en 1h y 30’–2h y 30’ dependiendo de los diseños y destreza del profesional.
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