Antes de nada os voy a explicar algo que para mí es muy importante y que nos ayudará a entender cuándo si y cuándo no debemos quitar el esmalte en casa.
En internet hay innumerables páginas y videos dónde se muestra cómo retirar el esmaltado semipermanente, pero no siempre es tan sencillo. Y os preguntaréis por qué, pues bien los esmaltes semipermanentes podríamos dividirlos en dos tipos, en términos de andar por casa:
- Los que se quitan: estos esmaltes al polimerizar (secar), lo hacen formando como si fueran celdas de una colmena, dejan espacios entres los enlaces que forman las moléculas. A la hora de quitar el esmalte, estos espacios dejan que la “acetona pura” o remover se cuele y consiga romper las uniones de las moléculas, permitiendo que el producto se retire con mayor facilidad.
- Los que no se quitan: estos esmaltes al polimerizar crean una red de polímeros interpenetrantes, es decir, crean unos enlaces sin espacios, como una pared sin agujeros imposible de traspasar. Estos esmaltes son imposible de remover con “acetona pura” o remover, y se debe hacer con brocas especiales para el retirado.
Por lo tanto, sabiendo esto, si queremos quitarnos el esmalte en casa, deberemos saber:
- Qué tipo de esmalte nos han aplicado.
- Tiempo de exposición del esmalte con el remover (lo determina el fabricante del producto).
- Presión del palito de naranjo o gubia para quitar el producto tras la exposición al remover.
Mi consejo, si no sois conocedoras de algún punto de los anteriores, mejor id a vuestro centro de confianza y que sean vuestras técnicas quien os quite el producto.
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